Index . a nutrir paisaje protegido mirando por:

Cap I

Ecología de ecosistemas e hidrología urbana . 20 preguntas

confesiones . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 .

Dinámica horizontal en humedales: esteros, bañados, meandros, cordones litorales . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 .

Cap II

Patrimonios en ámbitos rurales, confesiones .

17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . 28 . 29 . 30 . 38 . 39 .

El paisaje construído en Al Maitén . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 .

Cap III

Paisajes culturales . 31 . 32 . 33 . 34 . 35 . 36 . 37 .

Cap IV

El timón 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 .

Cap V

Leyes particulares . introito . 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . 28 . 29 . 30 . 31 . 32 . 33 . 34 . 35 . 36 . 37 . 38 . 39 . 40 .

Cap VI

Paisajes interiores

Inmanencias . 1 . 2 . . La viga de cruce . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Joaquín Lera . . jubileo . . creación . . intangibles . . Carlos Lohlé . . Guillermo Roux . . César Pelli .

 

Ley particular de criterios hidrológicos .

Ley particular que recalca los compromisos ecológicos que dan valor al respeto debido al art 59 de la ley 8912; y a falta de la ley particular (art 12º, ley 25675) que asuma su consideración en la constitución del Proceso Ambiental, sea la Justicia quien atienda, -sin dar lugar a arbitrios, ni demoras en administración-, las demandas de remediación ecológica ligadas al cumplimiento de las cesiones obligadas.

ARTICULO 59°.- (Decreto Ley 10128/83) Al crear o ampliar núcleos urbanos que limiten con cursos o espejos de agua permanentes, naturales o artificiales, deberá delimitarse una franja que se cederá gratuitamente al Fisco Provincial arbolada y parquizada, mediante trabajos a cargo del propietario cedente si la creación o ampliación es propiciada por el mismo.

 

Antecedentes

Las consideraciones introductorias a la ley particular que trata la competencia judicial para llevar adelante los procesos de remediación de los delitos ecológicos puntualizados en el capítulo anterior, nos van abriendo las puertas a las miradas debidas a los suelos e interfaces suelo-aguas que cumplen la misión de acumulación y transferencia de energías que dan sentido funcional irremplazable a los enlaces entre ecosistemas termodinámicos naturales y abiertos.

Suelos que no solo resuelven las miradas preventivas que vienen referidas a los eventos máximos, sino que en particular y en forma exclusiva atienden la existencia y asistencia concreta de las baterías convectivas conformadas por Natura en los esteros y bañados aledaños a los cursos de agua donde se acumulan las energías solares, que luego por costas blandas y bordes lábiles, ofician a las sangrías mayores las transferencias de esas energías convectivas.

Recordamos que la hidrología cuantitativa en planicies extremas reconoce fragilidad extrema de resultados, por ausencia de manifestaciones que respondan a mecánica de fluidos allí donde las pendientes no superan los 8 mm por Km.

Por ello recordamos que las propuestas que despliega el art 18 del Código de Aguas de fundar demarcaciones de línea de ribera con mirada puesta en eventos de recurrencias de 5 años –que aún sin ser las propias de las máximas crecidas como apunta el art 59, sino las de crecidas medias ordinarias; aún así, con estas bajas recurrencias quedan no menos del 90% de los suelos de los brazos interdeltarios y el 100 % de los suelos de planicies intermareales, sujetos a estas obligadas cesiones gratuitas al Fisco toda vez que el propietario de estas tierras solicitare su cambio de destino rural a urbano.

Por ello el art 101 de los dec 1359/79 y 1549/83 viene a reforzar la prohibición de “sanear” suelos anegables. Que luego esquivados con promesas, pretextos y laxitudes administrativas dejan las puertas abiertas para los estragos hidrogeológicos criminales denunciados 150 veces en las 40 causas de hidrología urbana en SCJPBA.

 

Un poco de historia

El art 59 aparece por primera vez reconocido en la administración provincial un 8 de Noviembre del 2000 merced a la Disposición 984 del MOSPBA reclamándole al promotor del barrio Los Sauces (causa B67491 en la Sec de Dem Orig) probara el cumplimiento de las obligadas cesiones. Pasaron varios años hasta que el Gobernador Solá reiterara en el art 4° del Dec 37/03 esta misma solicitud.

Un año más tarde los Ings. Licursi y Gamino de la Jefatura de Límites y Restricciones de la AdA, a f 4 del exp 2436-3797/04, líneas 15 a 17, un día 4/10/04 volvían sobre el tema diciendo que “no existen constancias de verificación de que las Resoluciones Hidráulicas de Sol de Matheu hubieran cumplimentado los recaudos legales que surgen de la Ley 8912 y de la Ley 10128/83 (Art.59 que refiere de la franja que corresponde ceder a los núcleos urbanos en los valles de inundación, hasta 50 mts más allá de la línea de ribera de creciente máxima)”

Pasaron cinco años y corría el 2009, para ver por primera vez a un municipio hacer este reclamo. El inc c del art 3° de la Res Mun 086 de Pilar, un 24/4/09 les marca  a los empresarios de EMDICO a cargo del barrio San Sebastián en Zelaya, los recaudos del art 59 para el caso que lograrán cambiar el destino parcelario de rural a urbano, sin hacer mención a la ley 6254. Ver esta Res 086 en el Anexo 1. Allí V.E. descubrirán en el art 3° las primeras 10 muestras de cómo un municipio asume corresponsabilidad formulando expresos Indicadores Ecosistémicos Críticos (IEC).

Hidrologías que acercan información a ecologías de ecosistemas termodinámicos naturales y abiertos y su devolución para guiar y afinar la tarea de las primeras

Antecedentes de criterio para legislación sobre régimen pre-ambiental de aguas: sobre sus previos y obligados considerandos ecológicos

Para una ley pre-ambiental de aguas, mirando por las fuentes de captación y acumulación de las energías que las aguas someras de esteros y bañados reciben y por los medios que ofician las transferencias de esas aguas y esas energías convectivas en ellas, al cuerpo receptor.

Considerandos previos a toda consideración ambiental, a los efectos de consignar qué fuera el agua en sus aprecios dinámicos, puesto que el agua como sustancia estática no es vehículo; habiendo dado sus aprecios gravitacionales en planicies extremas lugar a 3 siglos de confusiones por eludir la complejidad de las energías convectivas; que sin soporte de modelización física, hoy sólo se nos alcanzan por los sentidos y conceptualizaciones nutriendo fenomenología.

 

De las energías presentes en el agua

Art 1º) A estos efectos se consignan al menos 2 formas de energías presentes en las aguas: gravitacionales y convectivas.

 

De las pendientes

Art 2º) Habremos de distinguir áreas con pendientes 1º) superiores al metro x Km; 2º) superiores a 10 cms x Km y 3º) inferiores a 10 cm x Km 4º) las que no forman cauce, pero no obstante fluyen y 5 º) las endorreicas

 

De las modelaciones y fenomenologías

Art 3º) En las primeras se aprecian modelaciones de energías gravitacionales.

En las segundas se aprecian modelaciones de energías gravitacionales y fenomenologías de energías convectivas, hasta tanto no se desarrollen laboratorios para sus modelizaciones físicas y químicas.

En las 3º, 4º y 5º solo contarán fenomenologías de energías convectivas; puesto que las extrapolaciones de energías gravitacionales con que se han modelado estudios de hidrología para estas áreas, solo han servido para sembrar la ruina.

 

De los estudios de hidrología a requerir

Art 4º) Se requerirán aprecios de hidrología de flujos mínimos ordinarios para asistir los estudios de carga másica en cualquiera de las áreas. Esos estudios considerarán los límites que caben a las modelaciones expresado en el art 3º.

En los estudios de hidrología de eventos extraordinarios estos límites reconocen mayor lugar a las modelaciones de crecida, no así a los de retiro de las aguas.

 

De las hidrologias rurales y la dominialidad

Art 5º) Las modelaciones para hidrologías rurales en el área 2º se sostendrán con soporte en eventos de 5 años de recurrencia para así asistir al art 2340, inc 4º del CC, cuando al referir a las riberas internas de los ríos, dice entender por tales, a la extensión de tierra que las aguas bañan o desocupan durante las crecidas medias ordinarias;

Los aprecios para hidrologías rurales en las áreas 3º, 4º y 5º se sostendrán con testimonios vecinales acercando soportes a eventos que por largo tiempo inferirán con laxitud inevitable, recurrencias muy variables en ciclos de humedad y ciclos de secas

 

De las hidrologías urbanas

Art 6º) Con independencia de la cuestión dominial, los aprecios para hidrologías urbanas determinantes de “resguardos preventivos para fundar obra permanente”, considerarán una línea de máxima creciente con soportes en eventos “extraordinarios” cuyas recurrencias caigan en el orden de los 100 a 500 años, determinando esta línea la aptitud fundante en cualquiera de las áreas.

Los aprecios para hidrologías urbanas en las áreas 3º, 4º y 5º se sostendrán con el soporte principal de los testimonios vecinales y la valoración que como baterías convectivas y bordes de transferencia aportan los terrenos accesorios señalados en el art 9º.

 

De las dominialidades

Art 7º) El soporte legislado por art 2577 del CC, considerando las arenas o fangos que se encuentran comprendidas en los límites del lecho del río, determinado por la línea a que llegan las más altas aguas en su estado normal, será oficioso para la determinación de los deslindes del dominio público y el privado en las áreas 1º y 2º.

En razón a la mucho mayor expansión de las inundaciones, la atención a criterios de dominialidad en el área 3º es inútil referirla a los 5 años con que se practican los deslindes del art 2340, inc 4º del CC, pues son suelos que se anegan cada tres meses; pero siendo en las costas de ríos navegables, cabe que estos arts 2572 y 2577 acerquen valor y respeto para defender los valores energéticos y de transferencias naturales que ostentan los suelos accesorios señalados en el art 9º, prohibiendo su alteración con obra alguna, a menos que descubra un bien constituido carácter de interés general para afectarlo en estrecha porción a la traza de un camino y su tramitación reconozca el obligado Proceso Ambiental, comenzando por la ley particular que exige el art 12º, ley 25675

 

De hermenéuticas erradas

Art. 8º) Precisa este art. 7º inmediato anterior, no quedar referido al “borde superior del cauce” como arguyen ciertos intérpretes, sino a los “límites del lecho”.

El borde superior del cauce varía en forma ostensible de acuerdo al nivel de pendiente. Por ello se aprecia el soporte expresivo de las “arenas o fangos”, bien alejados de conformar borde de aristas para perfilar hidrologías con soportes de morfologías.

Recordemos que en estudios de hidrología de flujos ordinarios mínimos, esas arenas y fangos conforman las llamadas costas blandas y bordes lábiles por donde se transfieren las energías desde las baterías convectivas a las sangrías mayores, dando lugar al art 9º.

 

De los terrenos confinantes con las riberas

Art. 9º) Asistiendo mirada pre-ambiental o ecosistémica, el´Art. 2572 del CC apunta a los accesorios de los terrenos confinantes con la ribera de los ríos y los acrecentamientos de tierra que reciban paulatina e insensiblemente por efecto de la corriente de las aguas, fundiéndose tanto en el área 2º como en la 3º, 4º y 5º, con la expresión “límites del lecho”, y oficiando irremplazables servicios como baterías convectivas, costas blandas y bordes lábiles, de obligada conservación para asistir las necesidades que plantea el art 1º de esta reglamentación.

Se entiende por “accesorios” en las áreas 2º, 3º, 4º y 5º, a las baterías convectivas, a los bordes de transferencias y a los cordones litorales de salidas estuariales.

 

De la eficiencia de salida

Art. 10º) Toda la eficiencia de una cuenca depende en sus salidas estuariales, de los cordones litorales de borde cuspidado, emergidos y sumergidos; pues entre ambos, en su seno, marcha la deriva litoral, Madre de todas las salidas.

Toda la eficiencia de una cuenca con salida a un curso de agua que quedara prisionero del avance de un frente deltario, tendrá que reconocer la aptitud de sus gradientes hidroquímicos y térmicos, amén de su condición picnal, para asociarse con las aguas de este curso receptor asfixiado de compromisos con la calidad energética de las aguas que impulsan el desarrollo del frente deltario.

 

De pasivos ambientales y de cómo definir un activo

El pasivo ambiental un día advierte la necesidad de enfocar un complementario activo desconocido. Cuando vemos a un MUERTO y no lo concebimos muerto -por los motivos que sea-, nos negamos a hacer autopsia, esto es: estudios críticos de flujos ordinarios mínimos en la columna de agua y no sólo en superficie; con soporte de imagen aérea previa para advertir las grandes disociaciones que se muestran en estas bocas y así tratar de acercar particular seriedad a esa intención de mirar por las esferas, ya no sólo dinámicas, sino de enlaces y gradientes termodinámicos e hidroquímicos. Conociendo este activo perdido nos ahorramos las autopsias.

Ni en los tributarios urbanos del Oeste al Luján, ni en el propio Riachuelo, hemos firmado certificado de defunción alguno. Por eso seguimos hablando de pasivo.

Si como caníbales nos hemos comido todos los esteros y bañados con alteos, rellenos y tablestacados; canalizando, rectificando, eliminando meandros, costas blandas y bordes lábiles; sin los riñones para hacer las diálisis de nuestras miserias que permitirían en buena medida resolver las disociaciones hidroquímicas que hoy se plantean en las bocas de salida a los cuerpos receptores; sin las baterías convectivas para cargar las energías solares en ellas; sin las aguas someras que le dan a estas áreas la aptitud de ricas cajas adiabáticas abiertas y de gran eficiencia acumulativa y conservativa de energía; y por fin, sin las costas blandas y bordes lábiles que permiten transferir esas energías a las sangrías mayores, quedamos en esa NADA reflejada en esa ausencia de la ley particular que reclamamos sea recordada en atención legislativa concreta, mínima y no menos crítica.

No tengo más remedio que hablar de San Isidro, de Tigre o del lugar que fuere, para localizar esas nadas. Apuntando al meollo de enlaces y desenlaces; a riñones eficientes para ajustar gradientes hidroquímicos y a todo lo que desde una cosmovisión mecánica nadie ha logrado ver hasta el presente, nos vamos dando cuenta del largo camino a transitar entre pasivo y activo. De los enlaces y gradientes trata la Vida; que no se asocia a ideologías y revoluciones, sino cuando estamos pasivos.

 

Antecedentes judiciales en causas en SCJPBA que tratan estas responsabilidades: B 67491, Res.Reg. Nº 574/08 de SCJPBA, I 70751, I 71193, I 71445, I 71614, I 71617, I 71618, I 71743, I 71848, I 72405. Estas causas en versión completa están subidas a http://www.hidroensc.com.ar

 

Fundamentos

Sensibles a la creciente complejidad de los encuentros ecosistémicos; a las presiones que desdibujan la razón fáctica o de existencia; perseverantes en asistir verdad y Justicia, miramos por redacciones esenciales que constituyan su razón normativa con precisión elemental y no dejen resquicios para jugar con ella; ni transferencias de dominio a un paquidermo administrativo lejano, el que nos venga a salvar de mayor irrazonabilidad.

Así expresaba en la causa I 71445 en SCJPBA la necesidad de que las transferencias de estas tierras no fueran al Fisco Provincial, sino al municipal.

Solicitud que reitero, para que en esta ley particular quede aclarada; puesto que, para su definición los municipios ya cuentan con los medios y presupuestos para oficiar estas demarcaciones con los debidos soportes de hidrología.

Y las propias presentaciones particulares ya acercan inapreciables documentaciones de altimetrías satelitales; que relacionadas a las corridas de caudales permiten inferir demarcaciones virtuales en escalas apropiadas de 1:5000 para la posterior tarea de agrimensura.

 

Articulado

1º se reitera y refuerza el valor del art 59 de la ley 8912 para asistir los compromisos ecológicos que reconocen los suelos comprometidos con las cesiones que obliga el art. 59 de la ley 8912; y con sus aplicaciones impedir los abusos generados en los usos de suelos por completo inapropiados

2º que así dispongan las convicciones legislativas la convalidación de los procesos de remediación ecológica que se plantearen en sede judicial, fruto de desatenciones del debido Proceso Ambiental que no fueron oportunamente atendidos por ley la particular que exige el art 12º, ley 25675

3ª que considera esta legislatura la necesidad de dirigir al fisco municipal las cesiones obligadas por este art 59, puesto que, desde el punto de vista administrativo para la evaluación y control, ya cuentan los muncipios con recursos para su gestión.

 

Del valor ecológico de estas cesiones ribereñas

Antecedentes primeros de estas ecologías

Corredores de flujos termodinámicos

A mi Musa Alflora, a quien toda mi creatividad y animosidad debo.

Ver estos textos en pdf.

El presente trabajo inaugura una temática demasiado elemental para aceptar pudiera ser la primera vez que alguien la trata. Sin embargo, no he logrado en ningún buscador encontrar un enfoque comparable de los flujos, tanto de tributarios de planicie con pendiente casi nula, como los que caben a las riberas estuariales.

La percepción de estas materias comenzó recorriendo las riberas estuariales desde el Dock Sud hasta las torres de captura de agua para potabilizar en cercanías de Núñez.

Allí advertí cómo la deriva litoral que recorría las riberas en sentido bien contrario a los flujos en descenso, optaba por convectar externamente precisamente frente a las tomas de agua para meterse literalmente dentro de ellas.

Toda la modelación matemática que en la década de los 90 había hecho el Ing. Petroni para la prestadora del servicio público Aguas Argentinas, se caía a pedazos.

La hipersincronicidad mareal en esas áreas lucía incomparable.

Aguas arriba, la deriva litoral alcanzaba ribetes extraordinarios en lo que a anchos se refiere. De los usuales 150 a 180 mts pasaba a sostener 4 Kms de ancho.

La disociación hidroquímica y térmica de esas multiplicadas áreas ribereñas urbanas inscriptas en el rincón de aprox. 80 Km2 que median entre el Emilio Mitre y la costa con flujos poco menos que nulos, necesitaba en mi imaginario un nombre y así fue que nació la voz “hidrotermias” para señalar esos excesos que cabían a los anchos de las naturales derivas litorales.

Áreas de tan extendidas energías que taponaban artificialmente, por grandes descuidos en el cuidado de las riberas, la salida de los flujos tributarios en los horarios que a ellos les cabían para sus descensos.

Multipliqué las capturas de imagen; mejoré sus resoluciones y filtrados para acentuar la patencia de estos problemas y con un CD repleto de imágenes fui a consultar a un par de físicos en dinámica costera que trabajan en el Servicio de Hidrografía naval para ver de alcanzar explicación a estos extraños panoramas.

Muchísimas de estas imágenes a pantalla completa aparecen multiplicadas en http://www.alestuariodelplata.com.ar desde la página 1 a 19; 28 a 36; 39, 40 y 47. También en http://www.delriolujan.com.ar/salidalujan.html

El resultado fue fatal al no aceptar el que suscribe repetir como fiel catecúmeno el catecismo que había guiado toda la Vida a estos expertos. Terminó uno de ellos arrojando el CD de imágenes sobre la mesa y despachándome con un “Ud es un soberbio”.

Así fue que terminó mi intención de averiguar qué nombre y conceptos merecían estos procesos.

Los meses que siguieron los hube de aplicar a mirar con aun mayor detalle estas situaciones y a poco fui conceptualizando lo que desde un principio se me había intalado en sospecha. Y esta era: materia de termodinámica.

Transferencias naturales convectivas que lucían a pleno en nuestras aguas y que merced a las imágenes del Google adicionalmente tratadas hoy nos regalan visión muy pormenorizada como nadie hasta ahora alcanzó a la web. Ver http://www.alestuariodelplata.com.ar/costadeplata3.html por dar unos pocos ejemplos.

Si alguien ha recorrido secuencialmente las riberas estuariales urbanas con un ojo más aplicado a captura de imágenes y a edición, me gustaría conocerlo.

El propio Antonio Brailowski me preguntó de dónde sacaba semejantes imágenes.

Pronto habré cumplido dos años mirando estas riberas con trabajo diario sostenido en aplicación y aprecio para lograr confirmar estas conceptualizaciones de manera, la más ilustrada posible, en ejemplos concretos.

La mirada satelital despabila en términos bien simples lo que nadie logra visualizar desde la inmediata ribera afectada por reflexión especular y alejada de las áreas que contrastan las disociaciones moleculares antes mencionadas, que gracias a la democratización de esta información cualquiera tiene los instrumentos de visualización que hubieran sido el sueño de los investigadores, tan sólo 5 años atrás.

Así me fue dado multiplicar miradas a flujos, a humedales, a acuíferos violados, tal el caso del Querandinense en los estanques cavados en los barrios de lujo del municipio del Tigre, con las consecuencias que nadie quiere comenzar a confesar, a pesar de que ya no saben con qué más tapar, pues ni el azul de metileno, ni el photoshop les alcanzan.

En meses recientes comencé a verificar el bastardeo de las imágenes de las aguas ribereñas de toda la costa estuarial urbana, de la salida del Luján al estuario y del frente deltario central, desde el Luján a Martín García.

Simultáneamente descubrí que esos mismos procesos de velado de imágen los veía aplicados a las costas marinas holandesas; y a sí no me quedaron dudas de que la forma de demorar conciencia en estos problemas viene aplicada comprando estas veladuras.

Tuve suerte, pues en mi primer año habiendo multiplicado capturas y calidades conservo esas imágenes que nadie lograría hoy con el Google Earth capturar.

El proceso de conceptualización tuvo su primer y principal soporte en la mirada aplicada a entender el proceso de gestación de los cordones litorales.
Allí descubrí el efecto de la capa límite térmica bordando el prolijo cordón de borde cuspidado como ninguna ola oblicua lograría hacerlo.

Comprender la determinante advección mareal que indicaba el obligado curso de salida.

La protección de brindaba el cordón para que esta fuera el producto de una convección interna que literalmente sacaba afuera las aguas del tributario como fuera que sea; incluso si fuera el caso, de fondo pendiente arriba.

La masa sedimentaria que las caldas aguas del tributario acarreaba en suspensión, sentía el toque frío de la capa límite térmica de la advección mareal que le provocaba precisa precipitación.

Estos cordones litorales transcurren miles de años multiplicándose cada vez que ven agotadas us canalizaciones de salida. Su delicadeza de flujos merced a la convección interna que los guía no soporta la presencia del hombre afincado en sus orillas.

De hecho, todos nuestros pequeños y grandes tributarios estuariales urbanos han quedado mutilados, abriéndose salidas directas al exterior; con lo que la convección interna ha desaperecido y con ello la amplia boca de salida no es más que una invitación al ingreso de las advecciones mareales, mucho más enérgica que los flujos de salida.

Este es el caso del pobre Riachuelo de los navíos que en Abril de 1786. por verse afectado su curso por la presencia de excesiva cantidad de embarcaciones, se vió obligado a abrirse una boca de emrgencia rompiendo la curva del delicado cordón y desde entonces ha quedado soñando con la Vida que un día tenía.

La cuenca devino endorreica; sin salida. Y el caso es que allí defecan 45.000 industrias grandes y pequeñas y 5 millones de criaturas.

La propia Vuelta de Rocha reconoce orígenes de no más de 180 años provocada esa eventración en el intestino delgado del Riachuelo, por desencuentro de vectores de flujos de entrada y de salida.

Y en adición, cargada de sedimentos allí precipitados por la capa límite térmica de la advección mareal haciendo acto de presencia.

Así entonces mecánica de fluidos, transferencia de masa sedimentaria, calor y termodinámica aparecen como las herramientas más aceptables para estudiar estos problemas y sus consecuencias.

Seis años más tarde estas herramientas han quedado muy sensibilizadas por las advertencias sobre los gradientes térmicos determinantes de las advecciones y por las cargas de energía solar que aprecian los sedimentos para hacer viajes extraordinarios. Por cierto, estas materias no son para mirar por mecánica de fluidos, sino por ecología de ecosistemas termodinámicos naturales abiertos. Materias propias de una bi-encia, no de una sci-encia. FJA, Julio del 2014

Aún desde una reología, considerando el valor deposicional o “yield value” de estas aguas detenidas en extensas planicies, es imposible imaginar cómo vencer la tensión que enlaza a sus moléculas, sin la participación natural de transferencia convectiva.

Aún olvidando la resistencia en la interfaz en el fondo y las riberas donde hace acto de presencia la capa límite hidrodinámica; y sin consideración de rugosidades.

El problema para los ingenieros hidráulicos y modeladores matemáticos que operan las instalaciones del Instituto Nacional del Agua en Ezeiza, es que no sólo su laboratorio devino obsoleto para estas materias, sino que en adición deberán con alelamiento reconocer que han errado el camino por culpa de un catecismo universal de mecánica de fluidos, quedando sus obras crucificadas en cambio de destino, conciencia y vocación.

Nadie lograría esquivar sin infinito dolor esta tremenda e inimaginable adversidad.

Por ello, el silencio es global y nadie acierta a salir al ruedo para siquiera comenzar a curiosear.

Sólo un Hombre de 85 años me regaló el halago de confesión de su alelamiento que durante dos meses lo había tenido en vilo leyendo mis páginas, hasta que decidió entablar comunicación.

En tres horas cambió de opinión, pero aún no logró digerir la novedad. Su Amor propio profundo quedó a salvo por haber alcanzado a su edad el cimiento para espíritu de los Hombres que vuelven a nacer libres como niños.

Pero su autoestima acepta que deberá transitar mucho tiempo y con muchísima prudencia para no herir la susceptibilidad de sus pares en el Instituto Nacional del Agua, cuyo laboratorio Él ayudó a querer y a fundar.

Francisco Javier de Amorrortu

 

Los elementales gráficos que siguen tal vez logren acompañar la breve conceptualización aquí esbozada.

La técnica ha aplicado por siglos tan ricos como hoy torpes provechos de los procesos convectivos externos.

Sin embargo en materia de convecciones internas todavía tiene mucho que aprender de la Naturaleza.

Estos delicados procesos son los responsables de mover la corriente cálida del Golfo a través de miles de kilómetros, con un mínimo gasto pues la capa límite térmica lo preserva en su sistema.

La energía de este corredor es 100 veces más grande que toda la energía consumida por el hombre en el planeta. Y nadie se percata de ello.

Canal artificial hidrodinámico

Estos canales reconocen primaria y hoy torpe obranza humana.

Su profundidad, ancho constante y riberas duras con tablestacados y/o rellenos, en nada favorecen procesos convectivos; los únicos capaces de poner en movimiento el agua en los cursos sin pendiente de las grandes planicies

Si al planteo intelectual de mecánica de fluidos atado a un viejo catecismo le sumamos las formidables disociaciones moleculares que exhiben nuestras aguas deltarias y ribereñas estuariales, la parálisis es completa y más que suficiente para definir a estas cuencas como “endorreicas”.


Corredor de flujos termodinámicos

Las llamadas "costas blandas y bordes lábiles" habilitan conciencia y respeto de suaves pendientes marginales enlazando transferencias de energías convectivas desde esteros y bañados aledaños.

Estas áreas de mayor temperatura sostienen rica acumulación térmica y fundan el despegue del proceso convectivo interno, que a poco, en mayor gasto, deviene externo; transmitiendo su advección al eje más profundo del corredor central.

La suave convección interna en los bordes evita la erosión de las riberas enriqueciendo aprecios limnológicos.

Lo que cuenta en estos corredores es el sostén armonioso de los procesos de transferencia de energía.

Esta versión de los cursos naturales reconoce en ellos anchos crecientes a medida que se acercan a su salida para compensar el gasto de la convección externa, transfiriendo su energía y su advección al eje del corredor central; sin importar las pendientes.

Luego, a su salida deberá reconocer otros problemas a superar mediante las lecciones que siempre regalan los cordones litorales; las motivaciones que fundan las derivas litorales estuariales y las complicaciones que fundan la mayor hipersincronicidad en ellas.

Así las diversas páginas de http://www.alestuariodelplata.com.ar acerca capítulos muy ilustrados sobre estos temas de formación de cordones; de hidrogeomorfología histórica; de grandes y prolijas acreencias territoriales debidas a sus multiplicaciones; de cordones que quedaron ilustrando los bordes de antiguos glaciares; de procesos de convección interna y externa en sus riberas opuestas; de erosión de playas debidas a obranzas que nunca imaginaron el valor de la deriva litoral para precisamente protegerlas, cuando de hecho todas las obranzas de escolleras han perseguido cercenarla sin éxito, pero con adicionales procesos erosivos acoplados; del epílogo de la teoría de la ola oblicua responsable en los catecismos de la formación de los cordones; de los restos de cordones en nuestras riberas bonaerenses; de las salidas tributarias naturales en la costa atlántica y en las riberas estuariales argentinas y uruguayas; de los bastardeos en las salidas de los tributarios estuariales; de las funestas salidas de los canales obrados por el hombre en Samborombón; de la disociación molecular en la salida del Aliviador del Reconquista al Luján; de la nueva salida propuesta para el exhausto Riachuelo bordeando Tandanor; de los tapones en el Paraná Miní; del antiguo y valioso canal de los Pozos de la Barca Grande; de las múltiples bocas del emisario de hidrocarburos de Campana; de los nuevos puertos del Paraná; de las antiguas salidas deltarias del río Las Conchas, Escobar, Garín y Luján directas al profundo estuario; de las afloraciones del Querandinense; de los estanques hidrológicamente insustentables cavados en él; de la floculación y coalescencia sedimentaria que agrava la disociación de estas aguas; de los cuidados de las riberas estuariales urbanas; de los respetos a las líneas de riberas urbanas; de la hidrología cualitativa y cuantitativa urbana; de los recaudos legales en hidrología urbana; de las demandas judiciales; de sus fallos; de los reclamos de inconstitucionalidad en la Suprema Corte; de su acordado interés legímo; de las denuncias administrativas en más de 17.000 folios durante largos 12 años;

que tal vez den lugar a sospechar la sencilla tarea de controvertir estos enfoques y comunicaciones; que quien esto suscribe, a pesar de su libertad y entrega no alcanza a generar las precisas respuestas que de los más responsables siempre espera.

Francisco Javier de Amorrortu, Otoño del 2008.