Index . a nutrir paisaje protegido mirando por: Cap I Ecología de ecosistemas e hidrología urbana . 20 preguntas confesiones . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . Dinámica horizontal en humedales: esteros, bañados, meandros, cordones litorales . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . Cap II Patrimonios en ámbitos rurales, confesiones . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . 28 . 29 . 30 . 38 . 39 . El paisaje construído en Al Maitén . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . Cap III Paisajes culturales . 31 . 32 . 33 . 34 . 35 . 36 . 37 . Cap IV El timón 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . Cap V Leyes particulares . introito . 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . 28 . 29 . 30 . 31 . 32 . 33 . 34 . 35 . 36 . 37 . 38 . 39 . 40 . Cap VI Paisajes interiores Inmanencias . 1 . 2 . . La viga de cruce . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Joaquín Lera . . jubileo . . creación . . intangibles . . Carlos Lohlé . . Guillermo Roux . . César Pelli .
Ley particular de criterios hidrológicos . Ley particular de régimen pre-ambiental de aguas o régimen ecológico de aguas. Mirada integral desde termodinámica de sistemas naturales abiertos en planicies extremas, enfocando una ley pre-ambiental de aguas o régimen ecológico de aguas, conducente a contrastar las pretensiones de reglamentar el Régimen Ambiental de Aguas ley 25688, atascado sin solución mecánica desde hace 140 meses, antes de haber entendido el primero.
Ley particular de los compromisos ecológicos entre ecosistemas termodinámicos Antecedentes Y siempre recordando, que materia y energía van unidas. Que es inútil hablar de agua -en singular o en plural-, sin tener conciencia de las energías que le acompañan, que la transitan, que la mueven, que la disocian, que la acercan, que la encienden y así inducen a cambiar su relación receptiva, transmisiva, conductiva, convectiva, dando lugar a los distintos roles serviciales en cadena holística de ecosistemas termodinámicos. ECOSISTEMA: Sistema relativamente estable en el tiempo y termodiná micamente abierto en cuanto a la entrada y salida de sustancias y energía. Este sistema tiene una entrada (energía solar, elementos minerales de las rocas, atmósfera y aguas subterráneas) y una salida de energía y sustancias biogénicas hacia la atmósfera (calor, oxígeno, ácido carbónico y otros gases), la litósfera (compuesta por humos, minerales, rocas sedimentarias) y la hidrósfera (sustancias disueltas en las aguas superficiales, ríos y otros cuerpos de aguas). Es inútil buscar solución a los déficits ambientales, sin tener un presupuesto mínimo de los soportes ecológicos de los ecosistemas termodinámicos naturales y abiertos que comprometeremos con nuestras necesidades. Traducido en pocas palabras, ésto es: enfocar esos conocimientos, previos a toda propuesta ambiental. Problemáticas cuyas responsabilidades ninguna academia científica está en condiciones de asumir en función de reconocimiento ecologico, esto es: de enlaces entre ecosistemas termodinámicos naturales y abiertos, sin quedar abismada de sus propios desconocimientos. Eje y punto de apoyo de cualquier Estudio de Impacto Ambiental; y por ende, eje de toda ley particular para cualquier proyecto que reclame transitar un Proceso Ambiental; que así, primero será proceso ecológico, basado en bioencias o biencias, no en sciencias. Son precisamente estos últimos los que al hablar de ecosistemas maduros ponen en relieve el intercambio de las aguas superficiales con las profundas en función convectiva propia de esa “madurez” termodinámica. En un lago no hay mayor dinámica que esta expresión de sus energías convectivas. Dándonos a sospechar que, si sostuviéramos miradas más atentas también lograríamos advertir esas energías convectivas en los cursos de agua. Pero ya en pendientes inferiores a los 10 cm x Km cabe sospechar que el mando de estos vehículos y sus combustibles están en los recursos convectivos que caracterizan las energías entrañables de estas aguas; en el sol radiante, en los suelos húmedos que cual cajas adiabáticas tan abiertas como naturales las atesoran y en las costas blandas y bordes lábiles por donde los esteros aledaños las transfieren a las sangrías mayores. Sin estos condimentos sólo somos ciegos que nunca conocieron las luces del Alba. Las de la razón no alcanzan sino para el relato incontable de cursos muertos por los presupuestos de conocimiento físico matemático mecánico, aplicados a la construcción de ataúdes mentados “hidráulicos”. En esas dificultades que darán batalla, cabe comenzar a reconocer la magnitud de nuestros despistes en ecología de ecosistemas termodinámicos de llanuras extremas y no tan extremas en cuencas medias.
De las indivisibilidades de las cuencas Listado de inconsistencias legales y técnicas Necesitamos URGENTE una ley de cuencas MUERTAS que despierte a estas realidades y las ponga en el orden de debidas prioridades cuando se proponen gestionar créditos. Sin destapar la salida de estos descomunales inodoros, es inútil hacer cloacas, forrar los cauces y las riberas con oro. Es inútil reglamentar leyes de Régimenes especiales de aguas a secas, por más que sean aptas para beber. De hecho, si así lo fueran no necesitaríamos ninguna ley. Las leyes se hacen cuando ya todo está perdido.
Conclusiones Se advierte la necesidad de respetar el foco que la voz ecosistema reconoce en el glosario de la ley 11723 Se advierte el abismo que implica para el paradigma mecánico enfocar ecosistemas termodinámicos naturales abiertos; mirando cómo los gradientes térmicos e hidroquímicos son determinantes para fecundar enlaces que nunca fueron considerados por la ciencia hidráulica y la física en dinámica costera. Este es el motivo por el cual, para contrastar estos desenlaces o desentendimientos científicos, hablamos de biencias: relación entre dos (2) a la que asiste medular la ecología de los ecosistemas. Ecología que no es sciencia dividiendo; ni una entidad, ni un sujeto; sino una fenomenología mirando por las relaciones entre dos ecosistemas termodinámicos. Nuevo concepto, vieja semancia, que no habla de particiones implícitas en el morfema sc-*, ci, to scint, separar, cortar, con que la ciencia hubo por siglos definido sus procedimientos, sino de enfocar enlaces; y para ello debemos empezar por dar valor al número dos (2). Necesitamos del dos. Ningún reduccionismo a monismos o centrismos con que siempre la razón gozó. Y los ojos bastan para hacer foco y admirar la energía que vincula unos y ceros y cómo traman sus aprecios en visibles diferencias. La Füsis no habla de un centrismo, sino de la fecundidad, del florecer de una relación; y para ello tiene que haber dos (2). Ese número 2 se resalta comunicando lo diverso en su mayor contraste; dos materias tan distintas como el suelo y el agua, relacionados por energía solar y así fundando una ecología de ecosistemas termodinámicos naturales y abiertos. Transitando este nuevo camino del conocimiento veremos cuán lejos van quedando las leyes abstractas y generales. Las nuevas leyes que enfoquen problemas y delitos ecológicos solo cabe formularlas ajustadas a estas situaciones particulares de las materias y energías presentes en los gradientes térmicos e hidroquímicos que vayan reconociendo el valor insustituible de los enlaces termodinámicos entre ecosistemas. Para distraer atención de los procesos ecológicos, las semiologías sacan a reludir nuevos recursos. En vano, pues son los ojos los que enfocan estos enlaces. No es con semiologías, no es con la razón con que se admiran estos entramados que un día por su fecundidad se precian cuánticos. El no haber puesto la atención debida a estas relaciones es lo que concluye en la inutilidad de hablar de indivisibilidad de cuencas; tan inútil como hablar de biocentrsimos. Tan nula atención hemos prestado a estas relaciones, que hoy no sólo descubrimos todos los ecosistemas termodinámicos de nuestros tributarios urbanos disociados, sino que vamos cayendo en la cuenta de que la única alternativa de considerarlos es merced a leyes particulares y a juicios de remediación que enfoquen cada situación de disociación y así nos movilicen a entender estos desencuentros y a tratar de enhebrarlos. Ese es el rol de la ecología de los ecosistemas: mirar por los enlaces. No por generalizaciones legislativas o administrativas apuntando a materias ambientales; sino por enfoques particulares que aprecien ecologías de ecosistemas termodinámicos; que vean cómo se enhebran estos ecosistemas. Respecto de las indisibilidades: Quien esté dedicado a ensanchar el cauce del Luján no será el mismo que se ocupe de fortalecer la deriva litoral. Quien esté direccionando al potenciado San Antonio para cumplir su rol de poner límites a la deriva litoral no será el mismo que apropie la salida del Aliviador al Luján. Quien mire por los gradientes termodinámicos a lo largo del curso del Reconquista, no será el mismo que mira por los problemas en su salida. Hay tarea para todos. Y todos, empezando por la dedicación a mirar con particular atención estos enlaces que nunca se apreciaron. No conozco a nadie capaz de enfocar estas relaciones, aplicarse a reconocerlas, ver de facilitar sus enlaces y al mismo tiempo pretender ocuparse de temas ambientales. Por eso agradezco la existencia de esos arts 2º, inc e y 6º de la ley Gral del Ambiente. Por cierto hay sobrados enlaces entre ecología y ambiente. Pero el caso es que aún no hemos reconocido, ni desarrollado juicios, ni asistido remediación de los enlaces que algún día resuciten las dinámicas de las cuencas muertas. Estas dos leyes particulares: la de las cuencas muertas y la de las primacías de las ecologías de los ecosistemas termodinámicos, son la contrapartida a la alelante confesión del ACUMAR de Febrero del 2012, después de 226 de ocultar a un muerto.
Fundamentos La suerte de la mecánica de fluidos en planicies extremas ya está echada. Deberá leer la traducción que de la voz ecosistema hace el glosario de la ley 11723 y aguzar los sentidos para mirar lo que no entró por la razón. Las comparaciones con las diferentes cuencas en sus correlatos termodinámicos son despertadores que marcan la senda del nuevo paradigma después de 300 años de descansar sobre catecismos gravitacionales. Esteros, bañados, meandros, baterías convectivas en ellos, costas blandas y bordes lábiles de trasferencia, cordones litorales, derivas litorales, sedimentos, son los nuevos sujetos de intermediación que mueven en planicies extremas las aguas. Su incorporación al bagaje de conocimientos mecánicos atenta contra la autoestima y la simplicidad. Pero, seguir enunciando leyes generales y abstractas no tienen otro sentido que hacer favor a tapar estos abismos. Sean entonces las leyes particulares enfocando pequeñas situaciones concretas, la forma de tallar estas biencias, estos entramados entre ecosistemas termodinámicos. No tiene sentido especular cuánto tiempo demorará la instalación de este bit cuántico. No habiendo retorno a soportes mecánicos, solo es dable abrir los ojos a situaciones que al comienzo se descubren fenomenales, para luego dar paso a fenomenologías Es probable que a algunos tome años afinar mirada. Pero la suerte de mirar estos temas quedó instalada el día que los satélites empezaron a mostrar la tierra en detalles que siempre habían quedado velados por las reflexiones especulares en las aguas; ya fueran de la luz solar golpeando nuestros ojos o por la razón fundada en catecismos mecánicos cerrándolos. Articulado 1º Se prioriza el concepto de la voz ecosistema presente en el glosario de la ley 11723 y por ende, la obligación de mirar por los gradientes térmicos e hidroquímicos determinantes de los enlaces termodinámicos entre ecosistemas 2ª Se prioriza en estas situaciones de remediación ecológica, la ley particular que enfoca sus complejidades, frente a las leyes abstractas y generales que nunca consideraron estas fenomenologías y ordenan seguir el camino de las simplicidades. 3º Se priorizan las competencias locales para prevenir y remediar los delitos ecológicos. 4º Las indivisibilidades señaladas en las leyes Generales del Ambiente y en la ley del Régimen Ambiental de Aguas no sean impedimento, tras observación y juicio de remediación, para reconocer competencias locales. 5º Queda establecido que los Procesos de remediación de delitos ecológicos que hagan foco en cuestiones de ecología de ecosistemas termodinámicos naturales y abiertos, sean tratados en foros del Poder Judicial en tanto se demore la legislación particular que asuma su consideración; por lo que, a cualquier demanda de este tenor se le reconozca acceso en forma directa sin necesidad de mediación o pasaje previo por foros administrativos del Poder Ejecutivo como lo señala la ley 14343. Ver video sobre ambas materias por http://www.muertesdelaliviador.com.ar/bid7.html
Ver video sobre el devenir mediterráneo de Buenos Aires por http://www.alestuariodelplata.com.ar/prospectivas4.html
Antecedentes primeros de estas ecologías Corredores de flujos termodinámicos A mi Musa Alflora, a quien toda mi creatividad y animosidad debo. El presente trabajo inaugura una temática demasiado elemental para aceptar pudiera ser la primera vez que alguien la trata. Sin embargo, no he logrado en ningún buscador encontrar un enfoque comparable de los flujos, tanto de tributarios de planicie con pendiente casi nula, como los que caben a las riberas estuariales. La percepción de estas materias comenzó recorriendo las riberas estuariales desde el Dock Sud hasta las torres de captura de agua para potabilizar en cercanías de Núñez. Allí advertí cómo la deriva litoral que recorría las riberas en sentido bien contrario a los flujos en descenso, optaba por convectar externamente precisamente frente a las tomas de agua para meterse literalmente dentro de ellas. Toda la modelación matemática que en la década de los 90 había hecho el Ing. Petroni para la prestadora del servicio público Aguas Argentinas, se caía a pedazos. La hipersincronicidad mareal en esas áreas lucía incomparable. Aguas arriba, la deriva litoral alcanzaba ribetes extraordinarios en lo que a anchos se refiere. De los usuales 150 a 180 mts pasaba a sostener 4 Kms de ancho. La disociación hidroquímica y térmica de esas multiplicadas áreas ribereñas urbanas inscriptas en el rincón de aprox. 80 Km2 que median entre el Emilio Mitre y la costa con flujos poco menos que nulos, necesitaba en mi imaginario un nombre y así fue que nació la voz “hidrotermias” para señalar esos excesos que cabían a los anchos de las naturales derivas litorales. Áreas de tan extendidas energías que taponaban artificialmente, por grandes descuidos en el cuidado de las riberas, la salida de los flujos tributarios en los horarios que a ellos les cabían para sus descensos. Multipliqué las capturas de imagen; mejoré sus resoluciones y filtrados para acentuar la patencia de estos problemas y con un CD repleto de imágenes fui a consultar a un par de físicos en dinámica costera que trabajan en el Servicio de Hidrografía naval para ver de alcanzar explicación a estos extraños panoramas. Muchísimas de estas imágenes a pantalla completa aparecen multiplicadas en http://www.alestuariodelplata.com.ar desde la página 1 a 19; 28 a 36; 39, 40 y 47. También en http://www.delriolujan.com.ar/salidalujan.html El resultado fue fatal al no aceptar el que suscribe repetir como fiel catecúmeno el catecismo que había guiado toda la Vida a estos expertos. Terminó uno de ellos arrojando el CD de imágenes sobre la mesa y despachándome con un “Ud es un soberbio”. Así fue que terminó mi intención de averiguar qué nombre y conceptos merecían estos procesos. Los meses que siguieron los hube de aplicar a mirar con aun mayor detalle estas situaciones y a poco fui conceptualizando lo que desde un principio se me había intalado en sospecha. Y esta era: materia de termodinámica. Transferencias naturales convectivas que lucían a pleno en nuestras aguas y que merced a las imágenes del Google adicionalmente tratadas hoy nos regalan visión muy pormenorizada como nadie hasta ahora alcanzó a la web. Ver http://www.alestuariodelplata.com.ar/costadeplata3.html por dar unos pocos ejemplos. Si alguien ha recorrido secuencialmente las riberas estuariales urbanas con un ojo más aplicado a captura de imágenes y a edición, me gustaría conocerlo. El propio Antonio Brailowski me preguntó de dónde sacaba semejantes imágenes. Pronto habré cumplido dos años mirando estas riberas con trabajo diario sostenido en aplicación y aprecio para lograr confirmar estas conceptualizaciones de manera, la más ilustrada posible, en ejemplos concretos. La mirada satelital despabila en términos bien simples lo que nadie logra visualizar desde la inmediata ribera afectada por reflexión especular y alejada de las áreas que contrastan las disociaciones moleculares antes mencionadas, que gracias a la democratización de esta información cualquiera tiene los instrumentos de visualización que hubieran sido el sueño de los investigadores, tan sólo 5 años atrás. Así me fue dado multiplicar miradas a flujos, a humedales, a acuíferos violados, tal el caso del Querandinense en los estanques cavados en los barrios de lujo del municipio del Tigre, con las consecuencias que nadie quiere comenzar a confesar, a pesar de que ya no saben con qué más tapar, pues ni el azul de metileno, ni el photoshop les alcanzan. En meses recientes comencé a verificar el bastardeo de las imágenes de las aguas ribereñas de toda la costa estuarial urbana, de la salida del Luján al estuario y del frente deltario central, desde el Luján a Martín García. Simultáneamente descubrí que esos mismos procesos de velado de imágen los veía aplicados a las costas marinas holandesas; y a sí no me quedaron dudas de que la forma de demorar conciencia en estos problemas viene aplicada comprando estas veladuras. Tuve suerte, pues en mi primer año habiendo multiplicado capturas y calidades conservo esas imágenes que nadie lograría hoy con el Google Earth capturar. El proceso de conceptualización tuvo su primer y principal soporte en la mirada aplicada a entender el proceso de gestación de los cordones litorales. Comprender la determinante advección mareal que indicaba el obligado curso de salida. La protección de brindaba el cordón para que esta fuera el producto de una convección interna que literalmente sacaba afuera las aguas del tributario como fuera que sea; incluso si fuera el caso, de fondo pendiente arriba. La masa sedimentaria que las caldas aguas del tributario acarreaba en suspensión, sentía el toque frío de la capa límite térmica de la advección mareal que le provocaba precisa precipitación. Estos cordones litorales transcurren miles de años multiplicándose cada vez que ven agotadas us canalizaciones de salida. Su delicadeza de flujos merced a la convección interna que los guía no soporta la presencia del hombre afincado en sus orillas. De hecho, todos nuestros pequeños y grandes tributarios estuariales urbanos han quedado mutilados, abriéndose salidas directas al exterior; con lo que la convección interna ha desaperecido y con ello la amplia boca de salida no es más que una invitación al ingreso de las advecciones mareales, mucho más enérgica que los flujos de salida. Este es el caso del pobre Riachuelo de los navíos que en Abril de 1786. por verse afectado su curso por la presencia de excesiva cantidad de embarcaciones, se vió obligado a abrirse una boca de emrgencia rompiendo la curva del delicado cordón y desde entonces ha quedado soñando con la Vida que un día tenía. La cuenca devino endorreica; sin salida. Y el caso es que allí defecan 45.000 industrias grandes y pequeñas y 5 millones de criaturas. La propia Vuelta de Rocha reconoce orígenes de no más de 180 años provocada esa eventración en el intestino delgado del Riachuelo, por desencuentro de vectores de flujos de entrada y de salida. Y en adición, cargada de sedimentos allí precipitados por la capa límite térmica de la advección mareal haciendo acto de presencia. Así entonces mecánica de fluidos, transferencia de masa sedimentaria, calor y termodinámica aparecen como las herramientas más aceptables para estudiar estos problemas y sus consecuencias. Seis años más tarde estas herramientas han quedado muy sensibilizadas por las advertencias sobre los gradientes térmicos determinantes de las advecciones y por las cargas de energía solar que aprecian los sedimentos para hacer viajes extraordinarios. Por cierto, estas materias no son para mirar por mecánica de fluidos, sino por ecología de ecosistemas termodinámicos naturales abiertos. Materias propias de una bi-encia, no de una sci-encia. FJA, Julio del 2014 Aún desde una reología, considerando el valor deposicional o “yield value” de estas aguas detenidas en extensas planicies, es imposible imaginar cómo vencer la tensión que enlaza a sus moléculas, sin la participación natural de transferencia convectiva. Aún olvidando la resistencia en la interfaz en el fondo y las riberas donde hace acto de presencia la capa límite hidrodinámica; y sin consideración de rugosidades. El problema para los ingenieros hidráulicos y modeladores matemáticos que operan las instalaciones del Instituto Nacional del Agua en Ezeiza, es que no sólo su laboratorio devino obsoleto para estas materias, sino que en adición deberán con alelamiento reconocer que han errado el camino por culpa de un catecismo universal de mecánica de fluidos, quedando sus obras crucificadas en cambio de destino, conciencia y vocación. Nadie lograría esquivar sin infinito dolor esta tremenda e inimaginable adversidad. Por ello, el silencio es global y nadie acierta a salir al ruedo para siquiera comenzar a curiosear. Sólo un Hombre de 85 años me regaló el halago de confesión de su alelamiento que durante dos meses lo había tenido en vilo leyendo mis páginas, hasta que decidió entablar comunicación. En tres horas cambió de opinión, pero aún no logró digerir la novedad. Su Amor propio profundo quedó a salvo por haber alcanzado a su edad el cimiento para espíritu de los Hombres que vuelven a nacer libres como niños. Pero su autoestima acepta que deberá transitar mucho tiempo y con muchísima prudencia para no herir la susceptibilidad de sus pares en el Instituto Nacional del Agua, cuyo laboratorio Él ayudó a querer y a fundar. Francisco Javier de Amorrortu
Los elementales gráficos que siguen tal vez logren acompañar la breve conceptualización aquí esbozada. La técnica ha aplicado por siglos tan ricos como hoy torpes provechos de los procesos convectivos externos. Sin embargo en materia de convecciones internas todavía tiene mucho que aprender de la Naturaleza. Estos delicados procesos son los responsables de mover la corriente cálida del Golfo a través de miles de kilómetros, con un mínimo gasto pues la capa límite térmica lo preserva en su sistema. La energía de este corredor es 100 veces más grande que toda la energía consumida por el hombre en el planeta. Y nadie se percata de ello. Canal artificial hidrodinámico Estos canales reconocen primaria y hoy torpe obranza humana. Su profundidad, ancho constante y riberas duras con tablestacados y/o rellenos, en nada favorecen procesos convectivos; los únicos capaces de poner en movimiento el agua en los cursos sin pendiente de las grandes planicies Si al planteo intelectual de mecánica de fluidos atado a un viejo catecismo le sumamos las formidables disociaciones moleculares que exhiben nuestras aguas deltarias y ribereñas estuariales, la parálisis es completa y más que suficiente para definir a estas cuencas como “endorreicas”.
Las llamadas "costas blandas y bordes lábiles" habilitan conciencia y respeto de suaves pendientes marginales enlazando transferencias de energías convectivas desde esteros y bañados aledaños. Estas áreas de mayor temperatura sostienen rica acumulación térmica y fundan el despegue del proceso convectivo interno, que a poco, en mayor gasto, deviene externo; transmitiendo su advección al eje más profundo del corredor central. La suave convección interna en los bordes evita la erosión de las riberas enriqueciendo aprecios limnológicos. Lo que cuenta en estos corredores es el sostén armonioso de los procesos de transferencia de energía. Esta versión de los cursos naturales reconoce en ellos anchos crecientes a medida que se acercan a su salida para compensar el gasto de la convección externa, transfiriendo su energía y su advección al eje del corredor central; sin importar las pendientes. Luego, a su salida deberá reconocer otros problemas a superar mediante las lecciones que siempre regalan los cordones litorales; las motivaciones que fundan las derivas litorales estuariales y las complicaciones que fundan la mayor hipersincronicidad en ellas. Así las diversas páginas de http://www.alestuariodelplata.com.ar acerca capítulos muy ilustrados sobre estos temas de formación de cordones; de hidrogeomorfología histórica; de grandes y prolijas acreencias territoriales debidas a sus multiplicaciones; de cordones que quedaron ilustrando los bordes de antiguos glaciares; de procesos de convección interna y externa en sus riberas opuestas; de erosión de playas debidas a obranzas que nunca imaginaron el valor de la deriva litoral para precisamente protegerlas, cuando de hecho todas las obranzas de escolleras han perseguido cercenarla sin éxito, pero con adicionales procesos erosivos acoplados; del epílogo de la teoría de la ola oblicua responsable en los catecismos de la formación de los cordones; de los restos de cordones en nuestras riberas bonaerenses; de las salidas tributarias naturales en la costa atlántica y en las riberas estuariales argentinas y uruguayas; de los bastardeos en las salidas de los tributarios estuariales; de las funestas salidas de los canales obrados por el hombre en Samborombón; de la disociación molecular en la salida del Aliviador del Reconquista al Luján; de la nueva salida propuesta para el exhausto Riachuelo bordeando Tandanor; de los tapones en el Paraná Miní; del antiguo y valioso canal de los Pozos de la Barca Grande; de las múltiples bocas del emisario de hidrocarburos de Campana; de los nuevos puertos del Paraná; de las antiguas salidas deltarias del río Las Conchas, Escobar, Garín y Luján directas al profundo estuario; de las afloraciones del Querandinense; de los estanques hidrológicamente insustentables cavados en él; de la floculación y coalescencia sedimentaria que agrava la disociación de estas aguas; de los cuidados de las riberas estuariales urbanas; de los respetos a las líneas de riberas urbanas; de la hidrología cualitativa y cuantitativa urbana; de los recaudos legales en hidrología urbana; de las demandas judiciales; de sus fallos; de los reclamos de inconstitucionalidad en la Suprema Corte; de su acordado interés legímo; de las denuncias administrativas en más de 17.000 folios durante largos 12 años; que tal vez den lugar a sospechar la sencilla tarea de controvertir estos enfoques y comunicaciones; que quien esto suscribe, a pesar de su libertad y entrega no alcanza a generar las precisas respuestas que de los más responsables siempre espera. Francisco Javier de Amorrortu, Otoño del 2008.
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